martes, 16 de noviembre de 2010

Roda la Bola en el Vilar d'Arnes

El pasado fin de semana, entre el 12 y el 14 de noviembre, pusimos en marcha un proyecto que llevamos mucho tiempo preparando con mimo. Iniciamos los Planes de Roda la Bola, celebrando una escapada familiar al Hotel Vilars Rural d'Arnes con muchos amigos de la Web y de la página de fans de rodalabola en Facebook
Hace más de año y medio que Lourdes García y yo mismo iniciamos aquí, con este Blog, el proyecto rodalabola, con la ilusión de crear comunidad, de unir lazos y aunar los intereses de las familias valencianas en torno al ocio familiar compartido. Por eso nos produce especial satisfacción salir del mundo virtual y ver las caras de nuestros amigos rodaboleros, que cada vez son más.


Habrá más Planes de Roda la Bola y propuestas nuevas, que ya estamos preparando. También en este reconvertido Blog que ahora retomamos, ya que su función inicial la cumple ahora con creces la Web de ocio familiar rodalabola.com.
Nacho Alejos. Director de rodalabola.com.

jueves, 25 de marzo de 2010

Infancia y guerra

Dicen que los dibujos de los niños nos cuentan mucho más de sus miedos y sus esperanzas, y de cómo ven el mundo que les rodea, de lo que comúnmente solemos pensar los adultos.

Dicen también que la mirada de los niños es inocente.

Si la inocencia es falta de culpa, resulta más que evidente que los pequeños nada tienen que ver con las guerras ni con el maltrato. Sólo son sus víctimas más dolorosas.

Pero si la inocencia es ingenuidad, deberíamos gritar, fuerte, que no resulta ingenua la visión infantil, sino, más bien, certera... hasta clarividente. Los mayores sí somos ingenuos, porque aún pensamos que una guerra puede resultar... útil... No sabemos nada.

En el Jardín Botánico de Valencia se inaugura hoy la exposición Infancia y guerra. Donde las ballenas vuelan entre nubes, que muestra hasta 100 obras, entre dibujos, poemas y relatos de niños que han sufrido maltrato o las consecuencias de una guerra. Estará abierta hasta el próximo 30 de mayo.


Os dejo el enlace por si os interesa.


Un dibujo, un relato, un poema, y por supuesto, una exposición como la del Botánico: de los niños para los niños, puede ser mucho más aprovechable para explicar a nuestros hijos que hay otra infancia, que la descontextualizada, irreflexiva, machacona y narcotizante información de un telediario, que más que concienciar, anestesia.

lunes, 22 de febrero de 2010

Un día en contacto con la naturaleza

Ayer tuvimos la oportunidad de compartir con un buen número de amigos de rodalabola.com una jornada de actividades y senderismo familiar en el albergue ACTIO de Alborache.

A pesar de que no hizo buen tiempo, los amigos de Roda la Bola no quisieron desaprovechar la jornada y salimos de excursión hacia la cueva de Turche, mientras los más pequeños se quedaban en el albergue para disfrazarse, pintarse la cara y realizar diversos talleres y manualidades.

Cuando más arreciaba la lluvia las monitoras de ACTIO nos dieron la opción a los excursionistas de regresar o seguir con la aventura. Nadie quiso volverse. Hicimos bien, pero no porque parara de llover, sino porque, a pesar de la lluvia, pasamos una jornada de lo más agradable.

Compartir una experiencia de ocio, en la naturaleza, formando parte de una aventura improvisada es una de las mejores actividades que se pueden realizar con los niños. Tener la oportunidad de hacerlo en armonía con personas antes desconocidas, es además una buena lección de civismo.

jueves, 7 de enero de 2010

Avatar y otras pelis

No siempre resulta fácil acertar con la recomendación para una determinada edad de una película. Digo esto pensando en Avatar, la cinta de James Cameron, que tantas expectativas había despertado, tanto éxito comercial y de crítica ha cosechado, y que resulta tan entretenida, espléndida y deslumbrante desde el punto de vista visual como limitada si nos fijamos en su argumento (romance, acción y batalla entre el bien y el mal), y en la construcción de sus personajes (en especial el del comandante Quaritch que, por su simpleza, parece más propio de una película infantil o juvenil).

Me llama la atención que la película esté recomendada para mayores de 7 años, porque aunque su mensaje es claramente antibélico, ecologista y hasta espiritual, sus escenas, en ocasiones, resultan de una violencia extrema. La batalla final, tan conseguida, dura alrededor de 20 minutos, así que podríamos decir que es cine de guerra, pacifista... y para niños.

La cinta, muy entretenida, por otro lado, consigue mantener la atención del espectador, de los mayores y también de los niños, durante sus más de dos horas y media de duración, lo que, sin duda, es un gran mérito.

Cuando digo que es difícil clasificar una película y recomendarla para una determinada edad pienso también en Número 9, una peli clasificada para mayores de 13 años, que muestra un mundo irreal, casi literario, de cuento de ciencia ficción, al que la estupidez humana podría, supuestamente, conducirnos. Supongo que por eso, y por algunas de sus inquietantes y estresantes escenas, ha sido clasificada así. Lo cierto es que si Número 9 se considera para mayores de 13 años se queda sin público, excepto por los pocos amantes de cine de animación bien hecho que puedan disfrutar viéndola.

Mi opinión es que los niños (aunque cada uno es un mundo y sensibilidades hay de todas las tonalidades) son mucho más inteligentes de lo que pensamos, o de lo que los hacemos, y también que hay una doble moral, que no acabo de entender, en esto de juzgar lo que debería ser visto y lo que no por ellos.

jueves, 31 de diciembre de 2009

Cantajuego... para repetir

Si fuisteis ayer, día 30 de diciembre, al concierto de Cantajuego en Valencia... qué os voy a contar que no viviérais.

Los chicos del grupo EnCanto son simplemente magníficos. Hay que reconocer que Cantajuego ha dado en el clavo, como contábamos hace unas semanas en Roda la Bola tras hablar con ellos. Han dado con la fórmula magistral: canciones de nuestra infancia adaptadas para que nuestros niños se las aprendan y nosotros las rememoremos.

Se crea de esta manera un exitoso tándem: los mayores disfrutamos con nuestros pequeños evocando otros tiempos, y nuestros niños se divierten con entretenidas canciones y coreografías que aprenden, además, arropados y en compañía de sus padres. Qué más se puede pedir. Sé de padres que organizan meriendas Cantajuego en sus casas, y aprovechan para reunirse con sus amigos y sus hijos para, todos juntos, bailar y cantar sus canciones.

Yo fui con mi familia al concierto que se celebró hace unos meses en la Marina Real Juan Carlos I. A pesar de que la organización fallo un poco, nos lo pasamos en grande, y me sorprendió ver que, al igual que nos ocurría a nosotros, todos los padres de nuestro alrededor se sabían las canciones, y las bailaban con sus hijos. Y si estos dejaban de cantar y bailar, los adultos seguían haciendo las coreografías y animando a sus hijos a que no pararan.

Ayer ocurrió lo mismo. Tras dos conciertos me he dado cuenta de que, en función de la edad de los pequeños, hay dos tipos de familias: las que bailan y cantan junto a sus hijos, y las que bailan y cantan mientras sus niños -normalmente porque son un poco pequeños- miran atónitos el escenario sin mover un dedo. La cuestión es que los padres y las madres son los que siempre bailan y cantan, y se divierten, si no más, sí igual que sus hijos.

Un 10, por tanto para todos aquellos que hacen posible Cantajuego, y en especial para los cantantes y bailarines, cara más visible del equipo, quienes a pesar del cansancio de estar hora y media larga cantando, bailando y saltando, no escatimaron en guiños hacia el pequeño público. Puedo dar fe. Tuvimos la suerte de disfrutar del espectáculo muy cerca del escenario, y en ningún momento dejaron de sonreír, de hacer muecas y gestos de complicidad a los niños de las primeras filas que les imitaban.

En resumidas cuentas, para mi familia, asistir a este concierto ha sido una buena manera de despedir el año 2009. ¿Y para vosotros? Si queréis, contadnos aquí cómo os lo pasáteis.

¡Esperamos no tardar en anunciar que Cantajuego vuelve a la Comunitat Valenciana!

domingo, 6 de diciembre de 2009

Planeta Zanahoria, ideal para pequeños

Parece que lo hago adrede: cada vez que entro en este blog a contar lo que hemos hecho en familia durante el fin de semana, estoy inmersa en un mundo de virus, jarabes y pañuelos de papel. Por eso, prefiero relatar mi experiencia, en lo que a ocio familiar se refiere, del fin de semana pasado, cuando fuimos al Teatro Gran Cielo, a ver Planeta Zanahoria.

En toda propuesta de ocio, la prueba de fuego para saber si es interesante o no para los niños, es la respuesta de los propios espectadores. Y a juzgar por la atenta mirada de mi hijo -que no quitaba ojo a Zanahoria y a todo lo que a su alrededor ocurría- y por su frase "quiero ver" al final del espectáculo, haciendo referencia a que quería verlo de nuevo, está claro que se trata de una representación de teatro y danza más que recomendable para pequeños. Y cuando digo pequeños, me refiero a eso, a niños desde meses hasta unos 4 ó 5 años.

Debo decir que mi hijo no fue el único que permaneció atento los 40 minutos que duraba el espectáculo. Si no recuerdo mal, todos y cada uno de los presentes, siguieron con atención todos los movimientos de Zanahoria, de sus amigos, las divertidas apariciones de la oveja Pepa, la intervención de un malvado pirata...

Cristina -bailarina que da vida a Zanahoria- dice que los niños entienden perfectamente el lenguaje de la danza porque antes de expresarse con palabras, lo hacen con el cuerpo y bailan desde que tienen meses. Quizá ese sea el secreto para que niños tan pequeños como el mío -que aún no tiene los dos años y medio- se queden perplejos ante todo lo que sucede en el escenario de Planeta Zanahoria, una obra en la que apenas hay palabras porque quedan bien suplidas por la música y la danza.

El teatro también es curioso. Es un espacio reducido y acogedor, que da la opción a los pequeños de ponerse de pie en la butacas para que puedan ver mejor, o de sentarse sobre almohadones.

Por cierto, quienes tengáis niños no muy mayores, podéis llevarlos en cochecito, pues el hall del Teatro Gran Cielo es amplio y podéis "aparcarlo" ahí hasta que acabe la función.

Si habéis visto Planeta Zanahoria, podéis contarnos cómo se lo pasaron vuestros pequeños en nuestro muro de Facebook, pinchando aquí. Si aún no habéis ido, y queréis más información de la obra, haced click aquí.