jueves, 31 de diciembre de 2009

Cantajuego... para repetir

Si fuisteis ayer, día 30 de diciembre, al concierto de Cantajuego en Valencia... qué os voy a contar que no viviérais.

Los chicos del grupo EnCanto son simplemente magníficos. Hay que reconocer que Cantajuego ha dado en el clavo, como contábamos hace unas semanas en Roda la Bola tras hablar con ellos. Han dado con la fórmula magistral: canciones de nuestra infancia adaptadas para que nuestros niños se las aprendan y nosotros las rememoremos.

Se crea de esta manera un exitoso tándem: los mayores disfrutamos con nuestros pequeños evocando otros tiempos, y nuestros niños se divierten con entretenidas canciones y coreografías que aprenden, además, arropados y en compañía de sus padres. Qué más se puede pedir. Sé de padres que organizan meriendas Cantajuego en sus casas, y aprovechan para reunirse con sus amigos y sus hijos para, todos juntos, bailar y cantar sus canciones.

Yo fui con mi familia al concierto que se celebró hace unos meses en la Marina Real Juan Carlos I. A pesar de que la organización fallo un poco, nos lo pasamos en grande, y me sorprendió ver que, al igual que nos ocurría a nosotros, todos los padres de nuestro alrededor se sabían las canciones, y las bailaban con sus hijos. Y si estos dejaban de cantar y bailar, los adultos seguían haciendo las coreografías y animando a sus hijos a que no pararan.

Ayer ocurrió lo mismo. Tras dos conciertos me he dado cuenta de que, en función de la edad de los pequeños, hay dos tipos de familias: las que bailan y cantan junto a sus hijos, y las que bailan y cantan mientras sus niños -normalmente porque son un poco pequeños- miran atónitos el escenario sin mover un dedo. La cuestión es que los padres y las madres son los que siempre bailan y cantan, y se divierten, si no más, sí igual que sus hijos.

Un 10, por tanto para todos aquellos que hacen posible Cantajuego, y en especial para los cantantes y bailarines, cara más visible del equipo, quienes a pesar del cansancio de estar hora y media larga cantando, bailando y saltando, no escatimaron en guiños hacia el pequeño público. Puedo dar fe. Tuvimos la suerte de disfrutar del espectáculo muy cerca del escenario, y en ningún momento dejaron de sonreír, de hacer muecas y gestos de complicidad a los niños de las primeras filas que les imitaban.

En resumidas cuentas, para mi familia, asistir a este concierto ha sido una buena manera de despedir el año 2009. ¿Y para vosotros? Si queréis, contadnos aquí cómo os lo pasáteis.

¡Esperamos no tardar en anunciar que Cantajuego vuelve a la Comunitat Valenciana!

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